La noticia de un embarazo es, en la mayor parte de las ocasiones, motivo de alegría, pero también de incertidumbre. Con un largo recorrido de nueve meses por delante, las mujeres embarazadas pueden llegar a sentir diferentes emociones que no siempre saben controlar. María José Domínguez, psicóloga experta en cuestiones de embarazos, afirma que la mujer se enfrenta a un cúmulo de sentimientos y, en ocasiones, pueden resurgir problemas del pasado.
Hoy, desde Dr. Brown’s, os hablamos de esos cambios psicológicos que toda mujer puede experimentar durante el embarazo para que, de esta forma, pueda asumirlos y mejore su estado de ánimo.
Etapas
Los sentimientos de las futuras madres varían en función del tiempo de gestación. Según Fátima Prieto, psicóloga prenatal, podemos diferenciar tres tapas, cada una asociada a un trimestre del embarazo:
Primer trimestre
Los tres primeros meses se caracterizan por una intranquilidad constante por la salud del feto, con el miedo de un posible aborto natural, sobre todo entre la sexta y la décima semana. En esta etapa, las mujeres se 
enfrentan a una contradicción: por un lado, felicidad, con motivo de la noticia del embarazo y el deseo de que llegue el nuevo miembro de la familia; por otro, ansiedad, derivado de la preocupación por la salud del bebé que está en camino.
De forma física, la embarazada puede experimentar episodios de malestar general, vómitos, mareos o náuseas, entre otros, así como una disminución del deseo sexual.
Durante este tiempo, es importante contar con el apoyo de los seres queridos, en especial de la pareja, para ganar en tranquilidad, haciendo frente a la nueva situación de la mejor manera posible. Asimismo, es imprescindible cumplir las recomendaciones de los expertos.
Segundo trimestre
A partir del cuarto mes, se inicia una fase de estabilidad de las emociones: los cambios hormonales se han estabilizado y la futura madre se ha adaptado a la ya no tan nueva situación de embarazo. A lo largo de esta etapa, predominan la tranquilidad y la ausencia de molestias físicas que caracterizaban el primer trimestre. El apetito sexual, por su parte, comienza a aumentar.
En esta etapa, debes aprovechar esta situación de estabilidad para comenzar a preparar la llegada del bebé. Antes de su nacimiento, debemos contar con todo aquello que sea imprescindible para su día a día.
Tercer trimestre
Durante los últimos tres meses del embarazo vuelve el miedo, en esta ocasión, consecuencia del inminente parto y de las dudas ante la futura maternidad. A este sentimiento se le suman los obstáculos que se extienden del
volumen de la barriga de la embarazada: dolores de espalda, cansancio, falta de sueño debido a la dificultad para dormir; problemas que causan variaciones en el estado emocional.
Esta etapa se caracteriza, además, por un incremento de la ansiedad, pues se espera con ganas el nacimiento del nuevo miembro de la familia. Como consecuencia, se experimenta una ralentización del tiempo.
Por ello, durante estos meses, es recomendable prepararse físicamente, a través del yoga o pilates, por ejemplo, pero también de forma mental, con técnicas que ayuden a la futura mamá a relajarse y a mantener el control.
¿Cómo afrontar estos cambios?
Antes de hacer frente a estos cambios emocionales, debes entender que tu situación es normal y, sobre todo temporal; la inestabilidad no es permanente. Tu cuerpo está cambiando. Se han duplicado los niveles de estrógenos y progesterona, lo que causa una disminución del lado racional de nuestra personalidad y un aumento del lado emocional. Éste es el motivo de que sientas que no te conoces.
Con esta idea en mente, vamos a enseñarte distintas técnicas que puedes llevar a cabo para que, pese a estos constantes cambios, sientas que no hay nada de lo que preocuparse. Tu prioridad no es sólo el futuro bebé, sino disfrutar hasta que llegue.
- Identifica la emoción. Es normal que sientas miedo ante la nueva situación que estás viviendo, pero… ¿es este miedo tu estado de ánimo más presente? ¡Estamos seguros de que no!
- Distingue entre lo que es real y no. Nuestras emociones nacen de un pensamiento, por lo que debes descubrir qué pensamiento negativo provoca una sensación de malestar general. El objetivo de este ejercicio es que te des cuenta de que cada uno de tus pensamientos no deja de ser una opinión; no tiene por qué ser la realidad. Por tanto, puedes cambiarlo. Encuentra el pensamiento positivo que te ayude a mejorar tu estado de ánimo.
- Dale importancia a aquello que la merece. Con las hormonas revolucionadas, es posible que prestemos demasiada atención a cosas que, realmente, no son tan relevantes. Un comentario o gesto que, en otras ocasiones pasarían desapercibidos, pueden suponer un auténtico problema en tu estado. Recuerda: lo importante no es qué sucede, sino cómo nos enfrentamos a ello.
- Haz caso a tu cuerpo. El cuerpo es sabio y, como tal, nos indicará en todo momento cuáles son nuestras necesidades. Haz caso, por tanto, a cada señal, con el objetivo de que actuemos de forma correcta. ¿Necesitas descansar? ¿Necesitas relajarte? ¿Necesitas comer? Sea cual sea tu necesidad, cúbrela. De esta forma, aprenderás a gestionar los cambios emocionales.
- Aprovecha el ejercicio. Toda actividad física, adaptada a tu estado, puede ayudarte a librarte de ese malestar que te acompaña. El yoga, la meditación o el pilates son una muy buena forma de decir adiós a tus emociones negativas.
- Encuentra el apoyo que necesitas. Eres tú quien tiene a un futuro bebé en su interior, pero no tienes que hacer frente al embarazo tú sola. Apóyate en tus seres queridos y, sobre todo, en tu pareja. Si sientes que necesitas terapia, no dudes en hacerlo. Lo importante es que te sientas bien contigo misma durante el embarazo.
Desde Dr. Brown’s, sabemos que, frente a la alegría que implica la llegada de un bebé a nuestras vidas, se encuentra el miedo, no sólo durante el embarazo. Con una nueva vida frente a nosotros, es posible que no sepamos cómo actuar para que el cuidado del bebé sea el mejor.
Por este motivo, ofrecemos numerosos productos que podrán ayudar a madres y a padres en esta bonita, pero también difícil, labor. Porque todo es más fácil si se cuenta con la ayuda adecuada.