¿Cómo crear una correcta higiene dental?

La higiene de los dientes de los más pequeños es fundamental para que crezcan fuertes y sanos. Aunque no los veamos, aparecen en las encías muy temprano –sí, esas famosas molestias que hacen que lloren desde muy pequeños-, por lo que, para crear el hábito, podemos empezar a lavarlos incluso antes de que se manifiesten. ¿Cómo? Con una gasita humedecida con agua, dos veces al día, al acabar la primera toma del día y justo antes de que intentemos que duerman tras la toma de la noche. Cuando el bebé ya sea un poco mayor, podemos comenzar a cepillarle las encías, o esos primeros dientes que salgan, con un cepillo para niños.

La rutina parece sencilla mientras somos nosotros quienes hacemos esta función de lavado, pero… ¿cómo deben lavarse los dientes cuando ya puedan hacerlo ellos mismos? ¿Qué pasta deberían utilizar? ¿Qué cepillo es el más adecuado?

Hoy, desde Dr. Brown’s, tenemos respuesta a todas estas preguntas que rondan tu cabeza. Te traemos un sencillo manual, para toda la familia, para que los más pequeños de la casa aprendan a lavarse los dientes de la forma más fácil y entretenida.

¿Qué cepillo utilizamos?

Un cepillo de dientes infantil que se adapte, no sólo a las características de los niños, como su fuerza o destreza con el manejo de objetos, sino también a los dientes. Debemos recordar que son de leche y no cuentan con la misma fuerza que los de los adultos.

El cepillo, por tanto, debe ser pequeño, para que quepa en sus manitas, y de pelo suave, para que no se hagan daño. Hay que tener en cuenta que, hasta que no dominen la técnica, pueden estar más expuestos a posibles heridas. Además, si podemos, lo ideal es encontrar un cepillo con un mango gordito, sobre todo por la parte por la que lo cogen, para que puedan manejarlo con seguridad.

Y como añadido, sólo si está a nuestro alcance, podemos tratar de comprar un cepillo que vaya a juego con los gustos de los niños. Elegir un cepillo de dientes con su color favorito (verde, azul, amarillo…) o su temática preferida (coches, princesas, animales…) puede ser una buena forma de motivarlos en esta nueva rutina.

¿Con qué pasta acompañamos al cepillo?

Al igual que el cepillo, la pasta de dientes debe ser específica para niños, no vale la que utilizamos los adultos en nuestro día a día. “¿Por qué?”, puede que te preguntes. La respuesta es sencilla: el dentífrico infantil cuenta con ingredientes más suaves y, sobre todo, con nada de flúor; o, al menos, no tanta cantidad. Esto es importante, pues, durante los primeros años, hasta que aprenden a lavarse los dientes a la perfección, los niños suelen tragar la pasta con la que se los limpian, y esto puede dar lugar a la aparición de manchitas permanentes en los dientes, ¡y no queremos eso!

Lo importante en un dentífrico infantil, por tanto, es que no incluya fluoruro –por la razón que ya hemos explicado-, que sea segura al tragar y, por último, pero no menos importante, que tenga un sabor suave. Así, los niños no verán la acción de lavarse los dientes como algo desagradable. 

Ahora que tenemos lo necesario, ¿cómo nos lavamos los dientes?

Con las herramientas en las manos, el cepillo en una y el dentífrico en otra, ya estamos preparados para lavarnos los dientes como unos auténticos campeones. El proceso es de lo más sencillo, y muy completo, pero vayamos poco a poco para que no nos olvidemos de nada:

  1. Mojamos el cepillo de dientes con agua y añadimos un poco de pasta. ¡Pero sólo un poco! No es necesario que cubramos todos los pelitos con dentífrico.
  1. Comenzamos con la parte exterior de los dientes, con movimientos hacia arriba y hacia abajo –nunca en horizontal-. Podemos ir desde el borde de la encía al final del diente, y viceversa, empezando por los dientes del fondo. ¡Cuidado con las encías!
  1. Para la parte interior de la dentadura, realizamos exactamente el mismo proceso que el que hemos descrito en el punto anterior.
  1. Ahora, vayamos con la superficie de los dientes –la que nos permite masticar- En este caso, sustituimos los movimientos verticales por los horizontales, pero lo hacemos de la misma forma: desde el fondo hacia delante.
  1. Cuando hayamos acabado, tenemos que cepillar la lengua, desde atrás hacia delante. Es normal que, las primeras veces, sintamos ganas de vomitar, pero, ¡no te preocupes! Con el tiempo, no sentirás nada más que una lengua la mar de limpia.
  1. El último paso es una tontería: sólo tenemos que enjuagarnos bien la boca, secar el cepillo de dientes y dejarlo preparado para nuestro siguiente uso.

Desde Dr. Brown’s, sabemos que crear un hábito en los niños puede ser una tarea muy difícil, ¡pero no es imposible! Para ayudarte en esta misión, contamos con diversos productos de higiene y cuidados, para que tengas a tu alcance la mejor opción.