El rol del padre en la crianza del bebé

Hasta hace unos años, la crianza de los hijos era una labor que correspondía exclusivamente a las madres. Los padres no formaban parte de este proceso y, en caso de que la madre no pudiese, eran otras mujeres, como las abuelas o las tías, las que ocupaban su puesto. Sin embargo, hoy, esta concepción ha cambiado completamente y cada vez son más los padres que se involucran en la crianza del bebé.

 

Madre, bebé, en brazosEl vínculo materno

Los primeros seis meses de vida, el bebé tendrá un vínculo muy estrecho con su madre; han sido muchos meses en su vientre y, además, la lactancia materna puede potenciar este sentimiento. Sin embargo, esto no quiere decir que el padre no sea importante. ¡Todo lo contrario!

A partir del séptimo mes, se produce una separación paulatina entre la madre y el peque. Éste busca autonomía propia y comienza a “alejarse” de su madre, lo que no quiere decir que ya no exista un vínculo entre ambos; simplemente cambia la relación “exclusiva” que ha definido el primer semestre. Es aquí donde el papel del padre adquiere total relevancia, pues, junto a la madre, comienza a ser un referente imprescindible en el desarrollo, emocional y físico, del peque.

En esta etapa, es importante que la madre sea consciente de la situación para, así, poder ayudar al padre en la creación del vínculo con el bebé. Ésta tiene que ceder su espacio para que, cada vez más, el hijo tenga en cuenta la presencia de la figura paterna en su vida.

 

La labor del padrepadre, bebé, risas

El embarazo

Durante la gestación, la madre crea un vínculo afectivo con el bebé. Es ella quien experimenta cambios en su cuerpo y quien siente todos los movimientos del bebé en su interior. Sin embargo, el padre no tiene la posibilidad de vivir de forma directa este proceso; lo hace a través de la mamá.

Por este motivo, es recomendable que el papi se involucre cuanto sea posible durante el embarazo para, así, sentir que es parte de la vida de su futuro hijo. Si asiste a clases de preparación al parto o acude a las ecografías, desarrollará una relación emocional con su hijo que, de otra forma, podría no aparecer.

Durante estos largos meses, el padre también puede ayudar a su hijo de forma indirecta. ¿Cómo? Con su ayuda a la madre, siendo una fuente de apoyo constante para que se sienta querida. El padre debe ser un apoyo emocional para ella y, cuando el bebé haya nacido, también para éste.

 

padre, bebé, durmiendo juntos, siestaLa relación con el bebé

Aunque no sea hasta a partir del séptimo mes de vida cuando comienza a producirse la “desconexión” entre la madre y el peque, desde el primer momento es importante que el padre se involucre en su vida.

En este sentido, es esencial que el papá haga todo lo posible para estar con el bebé de forma exclusiva y, así, conocer todo sobre su hijo para crear una relación de confianza entre ambos.

¿Qué puede hacer el padre para conseguir este objetivo? El contacto físico es fundamental para establecer esta relación afectiva. Si, cada día, le habla, le acaricia o le coge entre sus brazos, entre otros, el peque se acostumbrará a su presencia y, poco a poco, se convertirá en una figura que necesite en su vida.

Asimismo, no debemos olvidar que, en sus primeros años de vida, el bebé experimentará un sinfín de sensaciones que, para él, serán absolutamente nuevas, y no siempre serán de su agrado. Si el padre está presente para calmar al bebé cuando se enfrente a un episodio desagradable, el peque asociará la presencia del papi con una fuente de seguridad, por lo que recurrirá a él cada vez que necesite sentirse bien. Se trata de pequeñas acciones diarias que, poco a poco, harán que exista un vínculo irrompible entre el padre y el bebé.