La alimentación de los niños de 1 a 2 años

En los primeros meses de tu bebé, la alimentación es bastante básica. La Organización Mundial de la Salud recomienda el consumo exclusivo de leche materna durante los seis primeros meses, y ésta posee todos los nutrientes para el crecimiento. Además, le proporciona la adecuada hidratación, sobre todo ahora que se acerca el verano.

Sin embargo, son muchas las dudas que surgen sobre la alimentación de tu peque una vez que llega al primer año de vida. ¿Qué darles de comer? ¿Qué cantidad es la correcta? ¿Sólidos, líquidos o ambos?

Comienza una nueva fase de alimentación en la que puede comer todo tipo de manjares. Poco a poco, los pequeñines podrán ir masticando alimentos troceados no muy grandes. Asimismo, la hora del almuerzo se convertirá en el momento divertido del día en el que toda la familia está junta. Tu bebé ya puede comer incluso primer plato, segundo y postre, por lo que compartirá la misma experiencia que sus padres en la mesa. No te preocupes, ¡que te explicaremos todo paso a paso!

 

cantidad, alimentos, bebé, alimentaciónLas cantidades esenciales

La alimentación de tu hijo en estas edades está determinada por un número de caloría, concretamente, entre 1.200 y 1.300 kilocalorías al día. Intenta que su dieta sea variada y que consiga cumplir con estos requisitos para que su desarrollo sea óptimo. Siendo más específicos, se recomienda entre 25 a 30 gramos de proteínas en platos como carne, huevos o, si prefieres una alimentación vegana, puedes optar por legumbres o verduras muy proteínicas como las espinacas.

Por otro lado, sugerimos que la cantidad de hidratos de carbono se sostenga entre 100 y 160 gramos al día. La avena, los cereales, pastas o arroces son bastante recurrentes para cumplir estas cantidades, siempre teniendo cuidado de que no se atragante.

También es necesario que ingiera entre 35 a 45 gramos de grasa al día, ya que permite tener suficiente sustento para tener energía en su cuerpito. Los alimentos mencionados antes, como la carne, el huevo o, incluso, la leche, poseen grasas animales que dotan a tu bebé de una salud inmejorable. No obstante, hay que tener ojo con que la inclusión de grasa no sea excesiva, pues es un nutriente peligroso.

 

Carbohidratos, hidratos de carbono, alimentación, bebésQué comer

La leche entera y otros productos lácteos como el yogur, el requesón o el queso suave pasteurizado hechos con leche entera son muy aconsejables. Unas dos porciones de estos alimentos son adecuadas para cada día de tu hijo. Una taza de leche o yogur, dos onzas de queso procesado…

Como ya hemos dicho, la comida que ingiere el resto de la familia puede ser una dieta correcta. Eso sí, ¡siempre troceados o molidos para que el peque pueda metérselos en la boca!

Los cereales enriquecidos en hierro como el arroz, la cebada, el trigo o la avena son muy importantes. Unos 85 gramos, la mitad preferentemente enteros para que se vaya acostumbrado al ejercicio mandibular. Otros granos como la pasta o el pan de trigo integral son alternativas igual de válidas o sirven también de complemento.

Las vitaminas son una parte esencial de la dieta a todas las edades. Las frutas como el melón, la papaya, el albaricoque y la toronja son ideales para ello. Aprovecha que viene el verano para incluir frutas tropicales y frescas que lo ayuden a hidratarse fácilmente. Las verduras como el brócoli o la coliflor cocidos hasta que se suavicen y cortadas en pequeños trozos para evitar la obstrucción de la tráquea son muy necesarias. Recuerda que es mucho mejor que las frutas y verduras estén enteras y no hechas jugo o puré para, así, fomentar el movimiento de la mandíbula y el crecimiento de los dientes.

 

alimentación, infantil, bebé, comiendoConsejos generales

La hora de la comida es el momento más importante del día, ya que influirá en sus costumbres en toda su vida. Por ello, te recomendamos, cien por cien, educarlo en base a una dieta saludable y equilibrada. Crearle un gusto por las frutas y verduras, normalmente costosas de incluir en la dieta, pero que si se acostumbran, no tendrán rechazo ante ellas e, incluso, disfrutarán comiéndolas.

La mejor forma de crear hábitos en los más peques de la casa es llevarlos a cabo también nosotros. Una buena forma de mejorar nuestra propia dieta con una motivación extra: la educación alimenticia de nuestros hijos.

También hay que tener muy en cuenta evitar las comidas precocinadas, alimentos procesados o de preparación rápida. Además, los alimentos muy condimentados, picantes, salados o azucarados crean excesos en el organismo que generan dificultades a la hora de desarrollar plenamente todas las facultades, tanto físicas como mentales, de nuestros chiquitines.

Pero, sobre todo, recuerda que la comida debe ser un momento agradable y divertido, dejando claro que los alimentos son para comerlos y no para jugar con ellos. Que sea un momento de reunión, relajación y para compartir nuestros pensamientos y sentirnos comprendidos por el resto; un buen momento para ejercitar los hábitos saludables, tanto alimentarios como sociales.

¡Todo empieza por vosotros! Los niños imitan todo, completamente todo, lo que ven en sus mayores.