La lactancia materna en verano: ¿hay cambios?

La Organización Mundial de la Salud recomienda que el bebé se alimente exclusivamente de leche materna durante los seis primeros meses. Por ello, si este período coincide con la época estival, hay que tomar una serie de apuntes para que los cambios no afecten demasiado. La subida y cambios de temperatura, la deshidratación y el sudor pueden tener consecuencias sobre la lactancia materna en verano.

El verano puede producir estrés y mal humor por los cambios de rutinas. Hoy, os enseñamos algunos consejos para que el verano se haga más llevadero y, con la lactancia materna, ni tú ni tu bebé os veáis afectados.

 

Viaje, coche, bebé, sillita, lactanciaViajes en coche

El automóvil es un transporte que afecta mucho al bebé. Si lo alimentamos con lactancia a demanda, pueden ocurrir dos cosas: que se espacien sus tomas porque duerme más de lo normal, o, todo lo contrario, que se sienta estresado y pida más.

En este sentido, no es necesario que evitemos a toda costa los viajes en coche. Sin embargo, sí tenemos que tener muy en cuenta dónde se encuentran las zonas de descanso para hacer paradas y descansar.

Ante todo, si tu bebé está demandando tu pecho y no hay zona de descanso cerca, tendrás que parar en el sitio seguro más próximo. ¡Es importante que no rompamos los hábitos de los peques!

 

Viajes en avión

Si has optado por extraer la leche y conservarla en botellas de almacenamiento, ten en cuenta la normativa de líquidos que se pueden introducir en los aviones. Ésta no puede superar los 100 mililitros. También es importante que te asegures de que que puedes conservar correctamente la leche.

Se recomienda usar una nevera con dos bloques de hielo para conservarla fresca, aunque en el avión puede resultar complicado calentar la leche. Prueba a calentarla a temperatura ambiente o debajo del agua caliente.

A pesar de todo, extraerte la leche y dársela en biberón tiene que ser la última opción en este tipo de transportes. Es mucho mejor optar por el pecho, ya que es más cómodo, limpio y seguro.

 

Bebé, alimentación, hidratación, felicidad, tronaAlimentación e hidratación

Hay que preocuparse siempre por la alimentación, pero, sobre todo, cuando se está dando el pecho. Todo lo que comas será comida para tu bebé, por lo que es aconsejable una alimentación variada y con productos refrescantes. La hidratación es más importante aún, puesto que el 90% de la leche materna está compuesta por agua.

Por otro lado, si la comida de otros países es muy diferente a la que estás acostumbrada, ¡no te preocupes! El sabor de la leche cambiará, pero no habrá consecuencias en tu bebé.

 

Otros países

Por desgracia, las leyes de todos los países no protegen de la misma forma a las mujeres en período de lactancia. Otros, incluso, ni las contemplan. Por esto, comprueba antes las normas sobre los derechos de la lactancia materna en público para no llevarte ninguna sorpresa.

 

Lactancia materna, ropa, mamá, madre, bebéRopa cómoda

Además de llevar ropa fresca para evitar el acumulamiento de calor, hemos de llevar ropa cómoda y ancha. Los sujetadores o camisetas de lactancia son la mejor opción junto a prendas que se abotonen por la parte delantera.

Todo esto exige un proceso de aceptación del cuerpo de la madre. Por ello, es importante que seamos conscientes de que ya no es el mismo que antes de dar a luz o de estar embarazadas. ¡Y no pasa nada!

 

Ubicación para la lactancia

La elección del emplazamiento para darle el pecho a tu peque debe ser muy cuidada; lugares frescos y cómodos. Se recomienda que, si hace mucho calor, desvistamos al bebé o le pasemos un paño mojado por su cuerpo y cabeza. También podemos recurrir a una toalla para ponerla entre el bebé y nuestro cuerpo. De esta manera, evitaremos la excesiva sudoración por el contacto de ambos.

Todos estos consejos son bastante útiles para evitar que el calor y los cambios del verano os afecten y, como consecuencia, a la leche materna. No obstante, ¡no te asustes! El verano está para disfrutarlo, y más en vacaciones.

Salid a la calle con vuestro bebé, siempre evitando las fuertes horas de luz (de 12:00 a 15:00). Buscad lugares con aire acondicionado o cerca de fuentes que refresquen el ambiente. Y, sobre todo, proteged a vuestro bebé de la exposición directa al Sol.