La Organización Mundial de la Salud recomienda la alimentación exclusiva de leche materna durante los seis primeros meses, pero, pasado este tiempo, podemos incorporar nuevos alimentos a su dieta. A partir del sexto mes de vida, nuestros peques pueden comenzar la alimentación complementaria.
Los primeros alimentos sólidos que los bebés prueban son las frutas y las verduras. Éstas tienen un sabor dulce, por lo que los peques aceptan el cambio de mejor forma. Tenemos que tener en cuenta que es posible que sólo hayan consumido leche durante su corta vida, por lo que la introducción de nuevos alimentos debe ser progresiva.
Ahora que el otoño ha llegado a nuestras vidas, aunque el calor se niegue a dejarnos, os hablamos de cuáles son los beneficios de las frutas de otoño. Así, sabréis cuáles son las mejores para vuestros bebés.
Higo
Los higos son buenos, gracias a su alto nivel de fibra, para mejorar el tránsito intestinal. Así, favorecen la digestión y evitan el estreñimiento. Además, son ricos en potasio, por lo que son ideales para quienes padecen problemas de corazón: controla el sistema nervioso y el ritmo cardíaco.
Por otro lado, se caracterizan por poseer vitaminas A, B y C. Con éstas, mejoran nuestros huesos y piel, entre otros, y se reducen las posibilidades de sufrir anemia.
Pera
La pera es la fruta perfecta para los bebés que padecen diabetes, pues ayuda a controlar el nivel de glucosa en su sangre. Con ello, se evitan diferentes problemas de azúcar.
Tiene un 80% de agua en su composición, por lo que es, sobre todo, hidratante. Pero también es rica en fibra y potasio, lo que la convierte en una gran aliada para evitar el estreñimiento.
Manzana
Como la pera, el 80% de la composición de esta fruta es agua. Por tanto, es un alimento muy hidratante. También es diurético y rico en potasio, con lo que reduce la presión arterial en casos elevados.
Además, es rica en vitaminas, especialmente E, lo que convierte a la manzana en un importante antioxidante para el organismo. Al igual que el higo, es también buena para el estreñimiento gracias a las fibras que contiene.
Kiwi
El principal nutriente del kiwi es la vitamina C, que ayuda a mejorar el sistema inmunitario. Además, reduce las posibilidades de padecer cáncer, alergias y disminuye la hipertensión. También cuenta con vitamina C, con lo que se mejora la circulación de la sangre.
¡Y hay más! Es rica en fibra, lo que alivia el estreñimiento y mejora el tránsito intestinal. Asimismo, cuenta con magnesio, cobre y potasio. Es, por ello, perfecta para mejorar el sistema óseo.
Frutos rojos
Los principales frutos rojos de otoño son los arándanos, las frambuesas y las moras. Los primeros son antioxidantes y reducen las posibilidades de padecer enfermedades cardiovasculares y cáncer. Las frambuesas, por su parte, tienen un alto contenido de vitamina C, por lo que es también una fruta antioxidante. Por último, las moras, que son perfectas para reducir el colesterol en el organismo. Al igual que las anteriores, son buenísimas para prevenir las enfermedades cardiovasculares.
Granada
De todas las frutas existentes, la granada es una de las que más beneficios tiene para el organismo. Tiene componentes antibacterianos que nos protegen de diferentes hongos y bacterias. También es buena para evitar las enfermedades cardiovasculares.
Además, es rica en vitamina A, B5, C y E y en antioxidantes. Por ello, es una fruta perfecta para impedir el envejecimiento de las células.
Con todo, las frutas poseen propiedades beneficiosas ideales para el desarrollo de nuestros peques. De forma general, refuerzan el funcionamiento del sistema digestivo, son un hidratante perfecto, mejoran el funcionamiento de los riñones, ayudan a fortalecer el sistema óseo y cardiovascular. ¡Es hora de que los bebés descubran el maravilloso mundo de las frutas!