La primera Navidad del bebé

Diciembre ya está aquí. Con la llegada del último mes del año, la Navidad se instala en nuestras vidas durante un corto período de tiempo. Comienzan un sinfín de celebraciones en las que todo parece posible. Es una época de magia, especialmente cuando nuestro bebé la va a vivir con nosotros.

Es la primera Navidad del peque. Y, aunque no entienda muy bien qué ocurre alrededor, nos hace ilusión compartir con él cada momento. Sin embargo, hay una serie de factores que debemos tener en cuenta y, en ocasiones, olvidamos. Tenemos que ser conscientes de que nuestro hijo no deja de ser un bebé y, como tal, tiene sus necesidades, independientemente de la época del año.

Hoy, os damos algunos consejos que debemos seguir para que la primera Navidad de nuestro bebé sea un éxito. De esta forma, podremos disfrutar con toda la familia sin renunciar a los cuidados de nuestro peque. ¡Tomad nota!

 

bebé, Navidad, gorro, Papá Noel, Reyes Magos, festividad, JesúsEl ambiente

Los peques son muy sensibles a los estímulos desconocidos. Por ello, es recomendable que no acudamos a fiestas y reuniones con exceso de ruido. No pasa nada sin un año tenemos que “renunciar” a una celebración determinada. ¡Lo importante es que el bebé también disfrute!

En las reuniones familiares, tenemos que evitar que nuestro bebé pase de unas personas a otras. Es normal que se muestre entusiasmo por el nuevo miembro de la familia, pero estas caras son desconocidas para el bebé, lo que puede crearle confusión y, con ello, molestias e incomodidad.  

En las cabalgatas, los peques pueden disfrutar como niños -¡nunca mejor dicho!-, pero es imprescindible que tengamos cuidado con los ruidos o caminatas interminables.  ¡Y también con las excesivas aglomeraciones de gente!

 

Las reuniones

Al menos el primer año, es recomendable que todas las reuniones familiares en nuestra casa. De esta forma, el bebé estará más relajado al conocer el entorno en el que se encuentra. Es importante que se sienta cómodo en todo momento.

Si no cenamos en casa, debemos asegurarnos de que hay un sitio tranquilo en el que el bebé pueda estar. Asimismo, es muy importante que esté entretenido. Para ello, podemos darle un juguete nuevo. Estará tan entusiasmado con descubrirlo que no notará el cambio.

Sea como sea, el lugar donde se celebre la cena debe estar libre de peligros para el peque. Tenemos que tener especial cuidado con la comida, pero también con otros elementos como adornos navideños o el alcohol. ¡Ya sabemos que a los bebés les encanta explorar!

¡Consejo! El árbol de Navidad debe estar fuera del alcance del bebé en todo momento.

 

bebé, Navidad, gorro, Papá Noel, Reyes Magos, festividad, JesúsEl sueño

En la época navideña, no hay ningún problema en que nuestro bebé se acueste más tarde de lo habitual. A cambio, es recomendable que duerma la siesta para que, así, pueda trasnochar. Si, por el contrario, no es viable esta opción, tenemos que asegurarnos de disponer de un espacio tranquilo en el que nuestro peque pueda descansar sin interrumpir sus horarios de sueño.

¡Ojo! Esta “rutina” sólo debe llevarse a cabo durante las fiestas de la época. En días normales, y una vez finalizada esta época, es muy importante que el bebé recupere sus hábitos.

 

La alimentación

Durante la Navidad, los adultos nos despedimos de nuestra dieta habitual. Sin embargo, los niños deben continuar con la alimentación establecida. Es normal que, en algún momento, le apetezca probar algo diferente, especialmente lo dulce. Si esto ocurre, sólo debemos hacerlo si nuestro peque es lo suficientemente grande, y siempre con mucho cuidado.

Si estamos acostumbrados a que las comidas y cenas familiares sean más tarde de lo normal, es recomendable que nuestro bebé coma o cene antes que los demás. Es una época especial, pero tenemos que respetar sus horarios para que no haya desajustes.

 

bebé, Navidad, gorro, Papá Noel, Reyes Magos, festividad, JesúsLos elementos festivos

Es posible que pensemos que nuestro bebé no es consciente de qué ocurre a su alrededor, pero lo cierto es que los elementos festivos, como los adornos o las luces, estimulan sus sentidos. Por ello, podemos hacerlos partícipes de las fiestas, aunque sea de forma indirecta. Podemos leerles cuentos navideños, cantarles villancicos o colocarlos junto a nosotros a la hora de decorar el árbol, siempre con cuidado de que no coja ninguna pieza con la que pueda atragantarse.