La dermatitis atópica en bebés

En los últimos años, la dermatitis atópica en bebés se ha multiplicado. Hasta un 20% de los infantes padecen este tipo de brotes cutáneos. La mitad de los casos aparecen antes de los cinco meses de vida; el 60% de los casos aparece antes del año y el 85%, antes de los cinco años. Puede llegar a ser crónica, aunque lo más normal es que aparezcan como brotes.

Hoy os contamos todo lo que necesitáis saber sobre esta enfermedad. De esta forma, podremos actuar correctamente a la hora de la verdad. ¡Tomad nota!

 

Dermatitis atópica, bebés, piel¿Qué es la dermatitis atópica?

También conocido como eccema, recientes investigaciones indican que consiste en una inflamación cutánea cuyo síntoma principal es la inflamación de la piel. Como consecuencia, esto produce sequedad, picor constante y enrojecimiento en la zona afectada. El foco común de la dermatitis en lactantes es el rostro, sobre todo en la nariz y las mejillas, aunque también puede aparecer en extremidades (rodillas y codos) y en el cuero cabelludo.

La piel puede empeorar su aspecto con la aparición de brotes que pueden segregar líquidos, formarse costras y escamas e hinchazón, pero como decíamos antes, esta enfermedad puede mejorar, e incluso desaparecer. No temáis, puesto que no es contagiosa para el resto de la familia.

 

¿Cuál es su origen?

La dermatitis atópica surge cuando se produce manifestaciones en la piel mediadas por la inmunoglobulina E (Ig3), una molécula que activa y, por consecuencia, libera la histamina. La histamina produce el picor, el enrojecimiento y las erupciones en la piel que es típico de ver en casos de dermatitis atópica.

 

 ¿Qué desencadena la dermatitis?

Los factores que desencadenan esta enfermedad son variados: pueden ser de carácter inmunológico debido a la entrada de sustancias irritantes para el bebé. Pero también puede deberse a factores externos del medio urbano. Los cambios de temperatura pueden afectar gravemente en la piel de vuestro bebé, así como sustancias nocivas como el tabaco. Queda comprobado que la lactancia materna, cuando esta se reduce, es una causa potencial a que el bebé padezca dermatitis atópica.

 

Cuidados diarios

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Es fundamental mantener un cuidado intensivo del bebé cuando aparecen brotes de dermatitis atópica en su piel. Por ello, os recomendamos una serie de consejos para sobrellevar esta enfermedad:

● En primer lugar, llevad a vuestro bebé al dermatólogo. Como dice el refrán, es mejor prevenir que curar, así que confiad en las indicaciones de un experto. Aplicad el tratamiento acordado todo el tiempo que se os diga.

● Es aconsejable alargar todo lo posible la lactancia materna, de esta manera vuestro bebé estará protegido de todo agente externo posible.

● Evita los baños de agua muy caliente y reduce su tiempo. Utiliza jabones con alto contenido en pH neutro y toallas de algodón para secar su piel; frótale con mucha suavidad.

● Aplica crema hidratante un par de veces al día a tu bebé para mantener su piel suave y aliviada de todo picor.

● Es importante vestir al bebé con ropa de algodón o de lino. Son tejidos suaves para su piel que evitarán cualquier tipo de irritación. Nota importante: usa ropa que aporte frescura al bebé, olvídate del peto.

● No es recomendable adelantar al bebé alimentos ricos en proteínas como el chocolate o el marisco. Hay que ir alargándolo en el tiempo, nunca antes de los tres años.

● Mantened protegidos a vuestros bebés del sol. Es cierto que este tiene propiedades que benefician la dermatitis atópica, pero siempre con moderación. No os olvidéis aplicarle crema solar de factor 50 o 50+, por cierto. Evitar la sudoración resulta fundamental para que no desencadene una reacción cutánea.