Pasa el tiempo y vemos cómo nuestro bebé crece de manera imparable. El perfecto desarrollo muscular y neuronal de éste es buena señal para dar sus siguientes pasos. Habrá un momento en su vida en el que trate de incorporarse por sí solo, tanto en el suelo como en el carrito yendo de paseo. Eso significa que está listo para sentarse.
Sin embargo, hay que ayudarle en este proceso, teniendo cuidado en que no se haga daño en la espalda, porque puede conducir a problemas posteriores en la columna vertebral. En este artículo te contamos el momento idóneo para que tu bebé se siente, y te daremos una serie de consejos para llevarlo a cabo. ¡Atiende!
¿Cuándo está listo para sentarse?
Cada bebé tiene su propio ritmo de desarrollo, pero, en términos generales, durante los cuatro o cinco meses, ya sabrá mantener la cabeza erguida y se mostrará inquieto, dando vueltas sobre sí mismo. Conseguirá sus primeros hallazgos, pero caerá rápidamente de lado hacia el suelo. Apenas puede sostenerse tan temprano, por lo que hay que ir entrenándole poco a poco, rodeado de almohadones para que no se haga daño.
No será hasta el sexto mes cuando intente mantener el equilibrio sentado, pero necesitará la ayuda de sus padres para conseguirlo. Resulta idóneo acomodarle en nuestro regazo, guardando la postura y mirando al frente. En brazos de sus padres se sentirá más seguro y progresará.
En el séptimo mes ya sabrá sentarse por sí solo, con las manos echadas hacia delante para no caerse. Durante este tiempo es recomendable darle cierta autonomía para que se acostumbre a hacerlo solo. Ya en el octavo, conseguirá esconder las manos y se mantendrá sentado con la espalda derecha, echándose a los lados y hacia delante sin ningún problema.
Qué hacer cuando no quiere sentarse
Cuando el bebé es tan pequeño, no hay que forzarle a sentarse. Es un método de aprendizaje a largo plazo en el que debe sentirse cómodo y motivado a hacer progresos. Las sesiones de entrenamiento tienen que ser cortas, de cinco minutos aproximadamente, para que no se aburra en el intento.
También hay que tener cuidado en no adelantar el proceso. Puede tener serios problemas en la espalda si lo acostumbras a sentarse entre muchos cojines todo el tiempo, porque todavía no es capaz de mantenerse erguido y puede escurrirse. Las malas posturas son inadmisibles, sobre todo a tan temprana edad.
¡Hora de los ejercicios!
Ahora que sabemos lo fundamental, es hora de entrenar a tu bebé con una serie de juegos para que aprenda a sentarse. ¡Tomad nota!
● Un juego muy útil es tumbarle en una superficie plana y cómoda, con una manta debajo, y cogerle de las manos. De esta manera, harán el esfuerzo de levantarse y llegar donde esté su madre o padre. Una vez lo haya conseguido, túmbale de nuevo y repite el juego dos o tres veces. Es un ejercicio que viene muy bien para fortalecer la zona abdominal.
● Aún con la manta en el suelo, sienta al bebé y sujétalo por las caderas. Mantenlo durante unos segundos y nuevamente lo vuelves a acostar, para que se relaje. Repítelo unas cuantas veces más hasta que se canse.
● Otro juego muy bueno es tumbarle sobre la manta y ofrecerle un juguete al aire. Haz que mueva sus brazos para intentar atraparlo. De esta forma, entrenará los músculos de la espalda, fundamental para mantener el equilibrio cuando intente sentarse.
● A los bebés les encanta escuchar canciones. Ponlo en frente de ti y cántale con alegría, dando palmas y moviéndole a él levemente por los brazos. Así se separará de ti y mantendrá él solo la espalda recta durante pequeños instantes.