Cómo introducir las legumbres en la dieta del bebé

Poco a poco, los bebés deben ampliar su dieta alimentaria. A partir del sexto mes, ya podrán probar nuevas comidas y, entre ellas, encontramos las legumbres. No es un plato de buen gusto para todos los paladares, pero, con el tiempo, nos vamos acostumbrando a su sabor. Además, su fuente de hierro resulta fundamental para su crecimiento.

En este artículo os ofrecemos toda la información necesaria sobre ellas, cuáles son las primeras que deben tomar y una serie de consejos para administrárselas al bebé. ¡Veréis qué fácil!

 

¿Qué nos ofrecen las legumbres?

En toda dieta, hay que tener en cuenta las legumbres. Ofrece un sinfín de propiedades beneficiosas para nuestro organismo: proteínas, hidratos de carbono y minerales de diversa índole como calcio, fósforo y hierro. Todos ellos resultan fundamentales para el favorable crecimiento de nuestro bebé.

Por otro lado, en su composición también encontramos una importante fuente de vitamina B y fibra, que ayudan a fortalecer el sistema nervioso y a regular el proceso digestivo. Más para mayores que para pequeños, este tipo de alimentos nos ayudará a combatir niveles altos de colesterol y previenen problemas como la diabetes o la tensión alta.

 

¿Cuándo empezar con las legumbres y cómo?

Pregunta fundamental: ¿cuándo tenemos que darle legumbres a nuestro bebé? Los pediatras indican que a partir de los seis meses ya pueden ingerirlas. Sin embargo, puede que el organismo del pequeño no esté preparado para asimilar tal cantidad de fibra. Muchos otros indican esperar a los diez meses para prevenir cualquier problema intestinal, gases o hinchazón de estómago.

A esa edad, es recomendable consumir legumbres suaves como guisantes y lentejas. El resto, como las judías o los garbanzos, deben esperar hasta que cumplan el año.

 

Preparando las legumbres

Cuando son tan pequeños, los bebés deben tomar las legumbres en forma de puré, para asimilar mejor sus beneficios. Por tanto, os ofrecemos una serie de consejos sobre cómo prepararlas, de manera que las digiera de la forma correcta. ¡Tomad nota!

 

● Primero, hay que elegir legumbres frescas. Las que vienen en latas no son recomendables debido a que contienen mucho sodio y puede dañar los riñones del bebé.

● Tras haber elegido las legumbres, las dejamos en remojo hasta que queden blandas y las podamos cocer. De 12 a 24 horas es el tiempo ideal para dejar que se empapen bien.

● Dicho esto, el siguiente paso será hervir las legumbres a fuego alto, hasta que queden blanditas y tiernas para el bebé. Para prevenir malas digestiones, las trituramos bien.

● Las cantidades son fundamentales en este proceso de iniciación. El bebé no debe tomar más de una cucharada sopera de legumbres al día. De esta manera veremos si las va tolerando bien y, si es el caso, aumentamos la dosis poco a poco.

● Hay que saber de primera mano que las legumbres no constituyen el alimento principal del pequeño. Hay que dárselas con un acompañamiento. De esta forma, evitamos que sufra flatulencias. Acompañadas de otros purés de verduras o carne, sopas o yogures serán más fácilmente digeribles.

 

 

Otros consejos 

Una vez sabemos cómo preparar las legumbres para nuestros bebés, debemos tener en cuenta otra serie de consejos tanto a corto como a largo plazo.

 

● Cuando los bebés ya son un poco mayores y le crecen los dientes, podemos administrarle unas pocas legumbres cocidas y que estos prueben en masticarlas. Ya sean garbanzos o judías; ¡cualquiera vale!

● Debemos evitar comprarlas viejas o rotas. Pueden ser perjudiciales para el proceso digestivo. Las viejas pueden crear moho. Al ser leguminosas, por tanto, pueden desarrollar sustancias tóxicas en su interior capaces de dañar el organismo.

● Nunca hay echar sal o bicarbonato al agua cuando vamos a cocerlas. Así evitamos que las legumbres pierdan sus propiedades originales. La sal, en caso de que sea necesaria, debe servirse al final de su preparación.