El descanso es un requisito indispensable para la salud del niño, desde que es bebé y durante su desarrollo. Sí que es cierto que, acorde al paso de los años, deben ser menos dependientes de las siestas. Pero mantener un ciclo diario de sueño, sobre todo en la que conocemos como “primera infancia”, es muy importante.
Depende de la edad y la necesidad de sueño de nuestros hijos, os mostramos una serie de consejos sobre cómo echar la siesta. ¡Prestad atención a esta rutina!
De 0 a 6 meses
Durante esta edad, el bebé necesita descanso. La media es dormir entre 14 y 18 horas diarias. Normalmente, duermen todo el día, con pequeños intervalos de tiempo para comer durante la jornada. Cuando se acercan a los seis meses, su sueño está más regulado. Aunque sigan durmiendo las mismas horas, guardan un horario de comidas específico.
La siesta es el siguiente paso. ¿Cuántas horas comprenden estos pequeños ciclos de sueño? De media hora a un par de horas aproximadamente. Se hace de manera regular, llevando a cabo hasta tres siestas durante el día.
De 6 a 12 meses
El bebé dormirá una media de 14 horas diarias. Durante su crecimiento, veremos poco a poco una mayor autonomía del sueño, pero siempre manteniendo unas horas fijas para su descanso. No dependerán tanto de la madre para alimentarse, y sus siestas se reducen, tanto en cantidad como en duración.
Depende del bebé y sus necesidades de sueño, dormirán un par de siestas comprendidas entre treinta minutos o una hora.
En edad preescolar (de 1 a 5 años)
Cuando el bebé ha cumplido un año, sus ritmos cambian. Muchas veces, el cambio lo ejercen los padres para procurar que descanse bien por las noches. Hasta los tres años, lo normal es que duerman una media de 12 a 14 horas diarias. Y, por supuesto, dentro de ese tiempo establecemos una siesta de una a dos horas después de la comida. A estas alturas, nuestro hijo debería dormir una siesta del tirón, y no dividirlas en dos o más.
A partir de los tres años, cuando es un preescolar, debemos guardar un horario todavía más específico porque la rutina del niño puede resultarle agotadora. Dormirá una media de 11 o 12 horas diarias, con una siesta de una hora al terminar la comida.
En edad escolar (hasta los 12 años)
Una vez adaptados a su horario de clases específico, el niño estará activo y requerirá de menos tiempo de descanso. Por lo tanto, lo normal es que a estas edades no necesiten más siestas. Eso sí, debemos respetar sus horas de sueño por la noche, acostándole a una hora prudente para que pueda descansar, como mínimo, unas diez horas.
Pasos para asegurarles un buen descanso
Una vez establecidos estos tiempos, hay que asegurarse de que los niños descansen. Los padres debemos vigilarles bien, sobre todo cuando son bebés. Para ello, os ofrecemos una serie de consejos muy útiles. ¡Veréis qué fácil será que vuestro hijo duerma bien!
● Es indispensable que la siesta se desarrolle a una hora más bien temprana. Al contrario, interferiría con la rutina de sueño nocturna y no podrían descansar del tirón cuando más lo necesitan.
● Para evitar disgustos y riñas cuando el pequeño no quiere descansar, llevad a la cama un juguete que les guste mucho, o bien realizad una actividad que lo tranquilice, como leer un libro.
● Por muy necesaria que sea la siesta, hay que diferenciarla bien con el sueño de la noche. Para ello, cuando le preparemos para ir a dormir, recomendamos que el bebé no se ponga el pijama ni duerma en un entorno oscuro.
● Por supuesto, la siesta es una hora sagrada. No procuremos incluir actividades a esa hora en su horario, porque rompería su rutina de descanso.