¿Cómo ayudo a mi hijo a dormir solo?

Llega la hora de dormir y, por sorpresa, nos encontramos al pequeño de la casa echado en los pies de nuestra cama. Una escena enternecedora, ¡todos los sabemos! No obstante, si toleramos cada noche esta situación, nunca podrán descansar de forma autónoma.

Debemos aprender, como padres, a lidiar sus posibles berrinches cuando mandemos a nuestros hijos a la cama. Por ello, os ofrecemos consejos muy útiles sobre cómo mandarlos a la cama y que, por tanto, aprendan a dormir solos. ¡Tomad nota!

 

Primero, ¿por qué vienen a nuestra cama?

Es normal que, a mitad de la noche, aparezcan en la cama reclamando la presencia de sus padres. Estamos ante un proceso biológico en el que necesitan atención y cariño, puesto que ellos son los que pueden saciar sus necesidades. Además, les regala seguridad y confianza.

En otros casos se debe a los temores y preocupaciones del propio niño. El miedo a la oscuridad es una causa común, una lucha que durará años hasta que se habitúe a él. Y, en casos más serios, los traumas del pasado pueden jugarle una mala pasada en cualquier momento y, por eso, necesitan dicha protección.

Por otro lado, y muy importante, debe entender que los padres también necesitan espacio e intimidad. La costumbre de dormir con ellos, en vez de suponer un refuerzo positivo, tenderá a debilitar los lazos afectivos. Si, de los cinco a los siete años, el pequeño no abandona la cama de sus padres, tendremos que recurrir a la ayuda de un especialista, atendiendo a su conducta y actitudes dentro de casa.

 

dormir, sueño, cama, bebé, consejos, cuna, padres¿Cómo tenemos que actuar los padres?

Para afrontar la llegada de polizones a nuestro cuarto, debemos tener pensado un “protocolo de actuación” para enseñarle a descansar en su propio cuarto. Si le enseñamos desde temprana edad, el descanso de los pequeños será placentero y mucho más provechoso.

● El primer paso será llevarle a la cama, como todas las noches. El primer distanciamiento siempre es duro, pero debemos mantener la paciencia y no alterarnos por la respuesta del niño. Entonces pueden ocurrir dos cosas: que se queden dormidos tras haberles contado un cuento, o bien se indispongan y, a los diez minutos de haber salido de la habitación, vayan ellos al cuarto de los padres.

● Cuando llegue a la cama, debemos conversar con él. Saber si hay algún miedo rondando por su cabeza, y si existe alguna manera de solucionarlo. Esta primera toma de contacto debe ser gentil y suave. Aunque la reacción del niño sea más estridente y molesta, no hay que perder la compostura.

● Una vez allanado el terreno, acompañamos de nuevo al pequeño a su cama con paso tranquilo, asegurándole que nada malo ocurre. Una vez aterricemos en su cuarto, le acostamos y le tapamos bien. Todos conocemos su reacción cuando esto ocurra: llantos y reclamos incesantes. Pero no perdamos la compostura. Demos ejemplo contagiándoles la calma y el ambiente de sueño. Cuando menos nos lo esperemos, ya estarán durmiendo plácidamente.

 

dormir, sueño, cama, bebé, consejos, cuna, padresOtros consejos

El proceso es tan fácil y rutinario como el respirar, y hay veces que funciona con éxito y, otras veces, no pegamos ojo en toda la noche. Por eso, tenemos unos cuantos trucos bajo la manga para que arropar a nuestros pequeños sea una tarea mucho más sencilla.

● Tened a mano un juguete que le guste mucho al pequeño. Se sentirá seguro con él, porque encontrará una relación directa con vosotros.

● A la hora de acostarle, no os olvidéis de arroparle bien o de leerle un cuento hasta que se quede dormido. Puede que sea un requisito impensable para el niño, y como sabemos que dormir solo no es tarea fácil, debemos premiarle con antelación.

● Es muy importante establecer una hora de sueño todas las noches. Así reforzamos las pautas de descanso y facilitamos la labor de que duerman solos en su habitación.