La conjuntivitis en bebés

La conjuntivitis es una enfermedad muy habitual, pero, al mismo tiempo, muy fácil de curar. ¡Que no cunda el pánico! Con este artículo sabréis más acerca de esta infección y cómo cuidar al bebé tras su llegada si llega a tenerla. ¿Estáis listos? ¡Adelante!

 

infección, conjuntivitis, ojos, enfermedad, afección¿Qué es la conjuntivitis?

La conjuntivitis consiste en la inflamación de la conjuntiva, una capa del ojo que cubre tanto el párpado como la zona blanca del ojo. Suele ser bastante molesta, sobre todo en bebés y niños. No obstante, no deja de ser un problema temporal que se puede solucionar a corto plazo.

Sabemos que padece de conjuntivitis cuando sus ojos se muestran irritados y lacrimosos. También cuando presenta un episodio de amplia secreción de legañas, que pueden ser más espesas y amarillentas. Esta, además, puede provocar hinchazón en los párpados y molestia a la luz.

Asimismo, como efecto secundario, los bebés pueden presentar momentos de fiebre cuando se trata de una infección producida de una bacteria. Todos estos efectos pueden presentarse tanto en un ojo como en ambos.

 

El origen de la conjuntivitis

El 80% de casos de conjuntivitis se manifiestan a través de una infección, ya sea a partir de una bacteria o virus. Sin embargo, también puede aparecer en el bebé debido a una reacción alérgica, a partir de estornudos, irritación y tos, o bien de forma traumática, es decir, cuando un estímulo del exterior penetra en el globo ocular y daña la mucosa.

Con la llegada de la primavera y, más adelante, el verano, se originan la mayor parte de casos de conjuntivitis. La arena de la playa o el cloro del agua de la piscina son factores que afectan de forma directa al bebé. Por otro lado, las sustancias tóxicas como los aerosoles también pueden dañar sus ojos y favorecer la aparición de esta infección.

 

infección, conjuntivitis, ojos, enfermedad, afecciónDuración y contagio de la conjuntivitis

Infecciones como la otitis o, en este caso, la conjuntivitis, suelen durar relativamente poco en el cuerpo del bebé. En el caso de la conjuntivitis bacteriana, la incubación dura pocos días y el bebé suele curarse en el transcurso de una semana.

Cuando es producida por un virus, puede durar hasta dos semanas. En el resto de casos, dependiendo de la gravedad, pueden durar de tres días (en caso de ser alérgicas) a una semana (cuando han sido producidas por elementos tóxicos).

Además, debemos tener cuidado, porque la conjuntivitis infecciosa (por bacterias o virus) puede ser contagiosa. En el caso de los niños, el contacto con otros puede favorecer su transmisión, debido a las secreciones del ojo y, sobre todo, por las manos. Cuando estas están sucias y, por ende, los bebés se han tocado los ojos con ellas, el riesgo es mucho mayor.

 

infección, conjuntivitis, ojos, enfermedad, afecciónConsejos para prevenir y combatir la conjuntivitis

Dicho esto, debemos tener en cuenta una serie de consideraciones que nos ayudará a reducir el riesgo de padecer conjuntivitis. Atentos a estas indicaciones que os mostramos; ¡pueden serviros de gran ayuda!

● Cuando los efectos se agravan en un par de días, es recomendable consultar al pediatra para examinar el estado del ojo del bebé. Este decidirá si enviarlo al oftalmólogo, pero, ante todo, os dará una solución para tratar los efectos de la conjuntivitis.

● Existen remedios naturales que pueden limpiar el ojo del bebé con éxito. Las infusiones de manzanilla o el suero fisiológico, si se aplica de forma cuidadosa y correcta, eliminará las legañas del pequeño. Además reducirá, en cierta forma, la hinchazón de los párpados.

● Resulta fundamental que, debido al nivel de contagio, el bebé no vaya a la guardería. Así evitaremos que lo transmita a otros niños y su recuperación será más temprana.

● La higiene es tan importante como cualquier remedio para tratar sus ojos. Aseguraos que os laváis tanto vuestras manos, como las del bebé. Así reduciréis el riesgo de padecer esta molesta infección. Asimismo, procurad que no comparta elementos de cuidado personal como toallitas, servilletas o toallas.

● No utilicéis soluciones en gotas como colirios si no os lo indica antes vuestro pediatra.