Cómo cuidar la piel del bebé en invierno

El invierno ha llegado, y nuestro cuerpo es el primero que lo nota. La bajada de temperaturas, el frío seco y la humedad afectan directamente a nuestra piel, principal protector de nuestros órganos, y de forma continua debemos cuidarla. Si a nosotros nos afecta el frío, ¡imaginad a nuestro bebé!

Para protegerla, debemos seguir una serie de consejos que prevendrán al pequeño de cualquier problema en la epidermis, e, incluso, alguna enfermedad típica de esta estación. ¡Tomad nota!

 

¿Cómo es la piel de nuestro bebé?

A todos nos encanta la piel de nuestro hijo. Es suave y aterciopelada, pero al mismo tiempo, está muy poco desarrollada. Su dermis es muy fina, permeable y a la vez muy fácilmente irritable debido a la capa córnea, es decir, la parte corporal más externa. Si le aplicamos sustancias no recomendadas para su edad le podría afectar gravemente. Incluso cuando contraemos una enfermedad, el más mínimo contacto que tengamos con él con las manos sucias, se contagiará.

De esta forma, en invierno, debemos considerar una serie de recomendaciones para que el pequeño tenga la piel cuidada. No solo en verano pueden sufrir los estragos del clima; los meses de invierno pueden ser peores. ¡Pero no hay nada mejor que un protocolo para arreglar estas situaciones!

 

Comprobar si pasa frío

A veces nos preguntamos cuándo pasan frío nuestros hijos. No lo manifiestan de forma directa, y somos nosotros los que tenemos que estar pendientes de ello.

Si comprobamos sus zonas más sensibles, como los pies, las manos o la nariz, veremos que las tienen frías, por tanto, sienten frío. Para ello, lo ideal no es abrigarlo al completo; cubrirle con una prenda de algodón le templará.

Al mismo tiempo, debemos tener en cuenta que los cambios de temperatura del exterior pueden afectar gravemente a su piel. Por ello, cuando salgamos a dar un paseo, que sea durante horas más cálidas (de 12 a 4 de la tarde, por ejemplo). Y si entramos a establecimientos con la calefacción puesta, hay que quitarle capas de ropa, y al salir, volver a ponérselas para que mantenga su temperatura corporal.

 

La hora del baño

Otro momento en el que hay que tener cuidado con el pequeño y su piel, sobre todo en invierno, es en el baño. Aunque parezca sencillo, son varias las indicaciones a tener en consideración para que este momento sea perfecto:

● La temperatura del agua no debe ser muy caliente: alrededor de los 35ºC, tu pequeño disfrutará dentro del agua.

● Los baños en invierno han de durar poco tiempo, de diez a quince minutos.

● Vigila bien al bebé mientras lo bañas. Tómale cuando tiene menos de medio año; cuando cumpla ese tiempo, podrás usar algún objeto para sostenerle, como una pequeña hamaca.

● Cuando lo saquemos, lo taparemos con una toalla suave; y a la hora de secarle, lo haremos dándole pequeños toques con las manos. La fricción de la toalla con el bebé puede causar irritaciones en su piel, sobre todo cuando su piel está transpirando.

● Antes de que esté del todo seco, aplícale leche corporal o aceites de rápida absorción indicados para su edad. Así, conservarán la suavidad y la humedad de su piel.

● Cuidado con las zonas delicadas del bebé. En las extremidades se pueden acumular humedades y, con ello, sarpullidos y más irritaciones.

 

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¡Mucho cuidado! A veces, el templo del pequeño no es tan seguro si no nos cercioramos de que reúna las condiciones necesarias. ¿Queréis saber cuáles son? Atentos a estos pequeños consejos para finalizar:

● La temperatura media de las habitaciones tiene que oscilar entre los 20 y los 24ºC.

● La calefacción suele resecar nuestras pieles, por lo que para nuestro hijo es ideal que tengamos a mano un humidificador para mantener su habitación bien ventilada.

● Al dormir, viste al pequeño con un pijama de algodón que le tape los pies por la noche. Ha de ser una vestimenta cómoda y calentita para que pueda disfrutar de un sueño agradable durante las noches de invierno.

● A la hora de cambiarle de ropa, no es recomendable que se le desvista al completo. Poco a poco le iremos quitando y cambiando prendas.