Hace un tiempo ya os compartimos información sobre la llamada “Prueba del talón”. Es el primer análisis al que se somete el bebé entre las 48 y 72 horas de vida. Esta prueba es imprescindible para diagnosticar patologías endocrino-metabólicas que tienen tratamiento pero su detección precoz es fundamental para evitar o minimizar los daños en el bebé.
¿Qué es?
Aunque la “Prueba del talón” es el primer análisis del bebé, existe una prueba anterior, el llamado Test de Apgar.
Este test se realiza para valorar la vitalidad del bebé y su adaptación a la vida fuera del útero materno. Por eso también se le conoce como “Prueba de Vitalidad”
¿Cómo se realiza?
En la misma sala de parto, un profesional sanitario (ya sea el médico, matrona o enfermera) realiza el test en dos ocasiones; al minuto y a los 5 minutos de vida del bebé. Así que no
te preocupes cuando te aparten a tu bebé unos momentos.
El test de Apgar consta de 5 pruebas para evaluar diferentes parámetros. Estas pruebas son:
- Coloración de la piel. Indica el grado de oxígeno en sangre.
- Frecuencia Cardiaca. Para determinar la circulación del bebé.
- Respiración. Determina el estado de los pulmones
- Tono muscular. Determina un buen oxigenamiento y funcionamiento cerebral. Se determina observando los movimientos de relajación y contracción de los músculos.
- Irritabilidad Refleja. Respuesta y gestos del bebé ante estímulos. Para ello le dan al bebé palmaditas y pellizcos leves.
¿Cómo se valora?
A cada parámetro se le da una puntuación de 0,1 ó 2, en función de los resultados. Finalmente se suman todas las puntuaciones obteniendo un valor entre 0 y 10.
Cuanto más alta sea la puntuación del bebé mejor será su adaptación y evolución.
Una puntuación normal oscila entre los 7 y 9 puntos. Es muy difícil obtener los 10 puntos ya que en el parámetro “Coloración” la mayoría de recién nacidos obtiene una muy baja dada la palidez propia.
Si la puntuación está por debajo de 7, el bebé necesitará algún tipo de ayuda para favorecer su evolución ya sea un simple secado y abrigo o bien suministrarle oxígeno o un periodo en la incubadora para tratar aquello que lo limita.
