La interacción de los bebés con su entorno es fundamental para que estos desarrollen muchas de sus capacidades. Descubrir el “mundo”, especialmente en la naturaleza, es una actividad que, cuando el bebé esté preparado, deberíamos practicar a menudo.
En estas excursiones, es muy importante contar con una muy buena planificación. Aunque nos encante la aventura e improvisar, debemos ser conscientes de que, con un bebé, debemos estar preparados ante cualquier incidencia o imprevisto que puedan surgir.
Hoy, os contamos a qué debemos atender antes de salir de excursión con nuestro peque. Con estos sencillos consejos, no tendremos que preocuparnos -al menos, no en exceso-, porque todo irá sobre ruedas. ¡Tomad nota!
¿Cómo debería ser la ruta?
Antes de organizar nuestra excursión, tenemos que tener en cuenta cuál es la edad de nuestro bebé. Si tiene
muy pocos meses, es posible que gran parte del trayecto esté dormido, por lo que es importante que contemos con una mochila portabebés que sea cómoda para ambos. Si, por otro lado, nuestro bebé es de los que ya anda sin miedo, es esencial que elijamos una ruta segura, que no suponga un peligro para su seguridad. Una buena opción es buscar cuáles son las mejores rutas. ¡En Internet hay de todo!
Además, es recomendable que siempre elijamos trayectos cortos y, con el tiempo, si al peque le gustan las excursiones, ampliemos la distancia. Pensad que es más que probable que, si la excursión se alarga durante muchísimo tiempo, el peque termine “harto” cuando apenas acabamos de comenzar.
¿Qué horario es el más adecuado?
No existe un horario determinado para salir de excursión. Sin embargo, según la hora del día, podremos encontrar rutas que sean más adecuadas que otras. La intensidad del sol y, por tanto, del calor, varía en función de la época del año y de la orientación del lugar que deseamos recorrer, por lo que es esencial que tengamos en cuenta estos aspectos antes de elegir, de manera definitiva, nuestra ruta.
En cualquier caso, si tenemos dudas, recomendamos salir de excursión por la mañana, cuando todavía el sol no golpea con intensidad. Estaremos con mucha energía después de una noche de descanso y, por ello, estaremos preparados para una caminata.
¿Qué vestimenta debemos escoger?
La vestimenta debe ser, principalmente, cómoda, pero también adecuada para el tiempo. Es esencial que el
bebé no pase frío ni calor, sino que su temperatura corporal sea la normal. En cuanto al calzado, éste también debe ser cómodo y apto para caminar sin causar daño en los pies del bebé.
¡Ojo! Es posible que no decidamos utilizar una gorra para protegernos del sol, pero es imprescindible que el peque lleve en todo momento una. ¡Recordemos que su cuerpito no es igual que el nuestro!
¿Qué necesitamos para la excursión?
Antes de comenzar nuestra aventura, debemos estar preparados en cuanto a suministros se refiere. Si el bebé ya puede caminar, seguro que le encantará tener su propia mochila con su vaso térmico con pajita o vaso de transición llenos de agua, ¡y algo de alimento!
Si, por el contrario, todavía es muy peque, tenemos que asegurarnos de llevar en nuestra mochila todo lo que necesitemos para la toma. Podemos darle el pecho en el mismo trayecto o llevar un biberón preparado desde casa, ya sea con leche de continuación o materna.
También es importante que contemos con un botiquín de primeros auxilios (pomada para picaduras, algodón, tiritas, suero fisiológico…), así como un protector solar adecuado para el bebé.
¿Algo más que debamos saber? 
Cada excursión es una oportunidad para que nuestro peque aprenda. Podemos organizar juegos como la búsqueda del tesoro. Así, con la ayuda de un mapa, adquirirán habilidades de orientación a la vez que se entretienen durante el trayecto.
La excursión es una forma de desconexión para los adultos, pero no debemos olvidar nunca que, con un bebé junto a nosotros, nada es preciso. Por eso, no debemos perder la paciencia si las cosas no son como esperábamos en nuestro trayecto. ¡Es una nueva experiencia para los peques y debemos hacer que sea inolvidable para ellos!